sábado, 30 de abril de 2011

EL RENACER

Todos pasamos por densos, confusos, inefables y dolorosos periodos de tiempo, en los cuales dudamos, nos encerramos y nos limitamos nosotros mismos por las adversidades y problemas que nos impone y sugiere la vida que vivimos. Cada uno recorre su camino, a su paso lento o rápido, con ambición o desolación, arrastrando la tristeza o luchando por una sonrisa… Por eso no todos llegan a conocer su enigmático corazón, el corazón es lo que nos une como personas y crea vínculos entre nosotros, nos conecta, fluyendo entre sentimiento y sensaciones inexplicables.

A veces en el aprendizaje de nuestro corazón nos cegamos, sea con ira, con miedo, con rabia, con dolor…, perdiendo la razón y la percepción del significado de los impulsos de nuestro interior. La presión de los hechos y situaciones que nos rodean pueden hacer que presionemos y deshonremos a nuestro propio corazón, sepultando nuestras propias cualidades y entrar en una espiral de frustración, desánimo y tristeza que parece interminable, oprimiendo así tú propia forma de ser.

Todo gira en torno a la negatividad, desgastando el brillo de tu actitud y aptitudes, arrancando de ti tu valentía, almacenando una amplia colección de dolores y sufrimientos en el confín más oculto de tu ser, donde se van acumulando hasta desgastar totalmente tu alegría. Es un proceso lento y doloroso, cuando te quieres dar cuenta ya se refleja la seriedad en tu rostro, un cambio involuntario no deseado por tu persona siendo ineludible a tus sentidos. Tus sentidos se desestabilizan, se nublan, bloqueándose en contra de tu voluntad siendo pasto de la desobediencia sensitiva y mental.

Hay sentimientos invulnerables que fluyen de una situación de bienestar y tranquilidad emocional y al no ser correspondidos, comprendidos o aceptados por la otra persona y uno mismo puede llegar a destruir ese bienestar emocional y situación personal, social, incluso la individual. Aunque el trasfondo de ese sentimiento nazca de tu corazón de lo más bonito, bello y profundo de tu ser, aún así, cuando no los controlas siendo tú mismo y te transforman en un ser iracundo, serio y frio debes replantearte tus actos, tu equilibrio emocional y mental, ya que puedes perder mucho más que ganar en la mayoría de casos. No es saludable ese desgaste del corazón sin causa justificada porque esa rabia te obstruye y limita tu forma de ser, así dejándote en desequilibrio, confusión y desesperanza, donde solo tú buen hacer es lo único que te ampara.

A lo que le llamo “El renacer” es cuando analizas, comprendes tus sentimientos, meditas, recapacitas y aplicas todos lo aprendido de tus errores, ganando por una vez más esa guerra interna y encontrarte a ti mismo, cuando más lúcido estás y más resplandor reflejas en tu sonrisa fluyendo a través de la realidad y tu percepción encaja con tus actos y no actos. Hoy tienes una nueva oportunidad de sentirte tú mismo, aprovéchala.

Se fuerte y constante en lo que crees, en quien creas, en lo que busques, en lo que quieras conseguir, en quien quieras ser, pero limita tus deseos ya que tendrás que aprender a elegir lo más valioso para ti en dentro del abanico de posibilidades que te surjan, no se puede tener todo en esta vida, pero si todo lo valioso y maravilloso que este a tu alcance, solo se aprende errando, viviendo y sintiendo pero todo lo que quieras conservar, cuídalo y mucho, con muchísimo cariño porque quizás cuando menos te lo esperes ya no estará esa situación, ni esa persona, ni ese sueño logrado. Los caminos se desvían y todo cambia constantemente, disfruta del momento siempre que sea realmente valioso y sincero, sino te sentirás vacío, de todos modos hay que seguir viviendo, seguir muriendo por dentro y seguir renaciendo, siendo mejores, más fuertes y sobre todo más comprensivos y maduros en nuestros actos y palabras.

Animo!, nada está perdido, lucha por ti, por lo que sientes y crees sin dejarte engañar por la superficialidad o vanidad. Sé tú mismo sin miedo a errar o equivocarte, la experiencia es tu tesoro.

No hay comentarios: